Vale, te voy a contar una cosa: el WAH Show de Madrid no es un espectáculo, es un viaje. Yo fui pensando que iba a ver algo tipo musical, o una especie de cena con show tipo Las Vegas —y sí, algo de eso tiene—, pero la verdad es que lo que viví allí fue otra cosa. Una locura sensorial con música, comida, luces, voces que te ponen la piel de gallina y un ambiente que no se parece a nada que haya vivido antes en España.
Para empezar, ¿qué es el WAH? El nombre viene de We Are Human, y el concepto es algo así como: en un futuro donde la música está prohibida, un grupo de rebeldes crea un espectáculo clandestino para mantener vivo el arte. Pero que eso no te engañe. Aunque tiene un rollo medio futurista y teatral, el foco está en la música en directo y el espectáculo visual brutal que te ofrecen desde el minuto uno.
Lo que más me sorprendió fue la calidad de los artistas. Las voces son una auténtica locura, en serio. No hay playbacks ni voces enlatadas: todo se canta ahí, en vivo, con una potencia que se te mete en el pecho. Hacen versiones de temas míticos —desde Puccini hasta Beyoncé, pasando por AC/DC, Michael Jackson, Rosalía o incluso techno— y todo suena increíble. Lo mezclan todo como si fueras pasando por distintas etapas de una fiesta, pero con un hilo narrativo que te mantiene enganchado.
Y luego está la parte gastronómica. Antes de que empiece el show, entras a una especie de mercado gastronómico donde puedes comer y beber lo que quieras. Hay puestos de comida asiática, mexicana, española, cócteles, vinos, cervezas artesanas… Vamos, que puedes cenar allí perfectamente, con buen rollo, luces de neón, DJs en directo y camareros que también forman parte del espectáculo. Literal: a mí me sirvió una copa un camarero que cinco minutos después estaba cantando “Bohemian Rhapsody” desde una plataforma giratoria.
Durante el show no hay “tiempo muerto”. La escenografía va cambiando, hay bailarines por todas partes, fuego, humo, pantallas LED por el techo… Y si eres de los que se levantan rápido de la silla, vas a disfrutarlo el doble, porque hay momentos donde todo el público está de pie bailando como si fuera un fiestón. Es lo que ellos llaman Dinner Show + After Party. De hecho, cuando termina el show principal, se monta una mini discoteca en la sala y la fiesta sigue con DJ y barra abierta (si pillas la opción top de entrada, claro).
¿Es caro? A ver, no es una noche barata, pero por todo lo que incluye (show, música en directo, ambientazo, comida top, espectáculo visual), yo diría que lo vale. Y mucho. Hay entradas desde precios más básicos sin cena incluida, por si solo quieres ir a flipar con el show.
Lo mejor para mí fue que no se parece a nada que haya visto en Madrid. No es teatro, no es un musical, no es un festival… Es una mezcla muy bien hecha de todo eso. Y tiene algo que engancha. Si te mola la música, los shows potentes y salir de la rutina, el WAH es una experiencia que hay que vivir al menos una vez.
Así que nada, si te estás preguntando si vale la pena: sí, mil veces sí. Solo un aviso… cuando salgas de allí, vas a tener que explicarle a tus colegas lo mismo que intento hacer yo ahora: “No sé cómo contártelo, tienes que ir a verlo”.